El valor del IoT en tiempos de crisis

El teletrabajo, las reuniones telemáticas o la explotación del e-commerce solo han sido la punta del iceberg de lo que está por venir. La crisis sanitaria aceleró la digitalización que debe llevarnos a un mundo más sostenible y eficiente.

La COVID-19 detuvo todo lo que conocíamos. Cerraban escuelas, teatros, centros deportivos y todos los negocios no esenciales. Había llegado el momento del #QuédateEnCasa y dejamos de hacer planes.

Con la verja bajada, la industria textil se vio envuelta en un nuevo contexto que demandaba soluciones rápidas como reducir el consumo energético al máximo durante los meses que las tiendas permaneciesen cerradas.

Reprogramar más de 1.000 tiendas desde casa

Diseñamos una estrategia junto a nuestros partners del sector de la moda para reprogramar los sistemas de iluminación y climatización de sus tiendas, sin afectar a los sistemas de seguridad y de detección averías.

Se apagaron máquinas, escaparates y luminarias de más de 1.300 tiendas de 8 países distintos. Y se hizo de forma remota y coordinando al equipo desde casa.

Un par de meses después, mientras el mundo se adaptaba a las nuevas normas de distanciamiento social, llegaron las primeras mascarillas y se volvió a la carga con los primeros rumores sobre la vuelta de la actividad no esencial.

Teniendo en cuenta lo bien que había funcionado la primera estrategia, se decidió seguir un proceso a la inversa marcado por las fases de la desescalada y que ponía especial atención en el cuidado clientes y trabajadores. Por ejemplo, en la fase 0, mientras las tiendas permanecieron cerradas al público, algunas se reprogramaron pensando en el bienestar de los empleados que acudían cada día para realizar tareas administrativas y prepararse para la nueva normalidad.

La experiencia ganada durante el confinamiento favoreció que el arranque fuese más simple y eficaz durante la desescalada, llegando a situar el tiempo medio de encendido por tienda en 3 segundos.

El futuro será más verde o no será

Durante los meses de confinamiento domiciliario se frenaron temporalmente las emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera. Y aunque Naciones Unidas estimó a finales de 2020 que el volumen de emisiones podría descender un 7 % respecto al año anterior, todavía queda mucho por hacer.

La crisis sanitaria ha demostrado que la telegestión es una herramienta indispensable para empresas multisite, ya que no solo permite un control más exhaustivo de lo que sucede en cada local, sino que reduce drásticamente la demanda energética, a la vez que protege el medioambiente.

Y es que, solo en España, según datos de 2019 del Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico (MITECO), la generación de electricidad es uno de los principales emisores de dióxido de carbono a la atmósfera.

Pero esto es solo el principio. Tenemos una segunda oportunidad para repensar el presente y poner rumbo a un futuro más verde apoyado en la tecnología, infraestructuras de cero emisiones y el impulso de soluciones basadas en la naturaleza que aboguen por la descarbonziación.

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